Karl-Anthony Towns ha aterrizado en la NBA como un ciclón.
En sus primeros siete partidos con los mayores, el ala-pívot ha
mostrado un arsenal de recursos ilimitados tanto en defensa como en
ataque, con una gran versatilidad en los tiros a corta y media
distancia, más la posibilidad de poder hacer daño desde el triple, algo
que ya demostró antes del draft. La protección severa del aro es otra de
sus inagotables cualidades. Con estas virtudes, el compañero de Ricky Rubio en los Minnesota Timberwolves ha obtenido 16,0 puntos y 10,4 rebotes por partido (a lo que añade 3,0 tapones), un doble-doble de media que sólo siete números uno draft antes que él han alcanzado en ese periodo en los últimos 30 años.
Hablamos, por supuesto, de grandes jugadores, cuando no instituciones o leyendas, del baloncesto: Blake Griffin, John Wall, Tim Duncan, Chris Webber, Shaquille O'Neal, Derrick Coleman y David Robinson. Entre los ocho (incluido Towns) existió un coloso, una máquina casi perfecta que llevaba serigrafiado en la espalda el nombre de O'Neal. El jugador drafteado por los Orlando Magic, franquicia con la que estuvo desde 1992 hasta 1996, comenzó su andadura en la Liga estadounidense con una fuerza inusitada al promediar 29,2 tantos y 19,1 capturas. Una capacidad en la propia zona y en la ajena que fue parte de su ADN durante una carrera que le premió con cuatro anillos de la NBA (tres con los Lakers y uno con los Heat) y 15 participaciones en el All Star.
La capacidad mostrada por Towns da una idea de lo que puede llegar a ser. Además de provocar la pregunta de si el verdadero draft bueno, el esperado y ansiado, que ocuparía el lugar de los actuales gigantes de la NBA, era este y no el del año pasado. Pues no sólo el ala-pívot está impartiendo cátedra en cada partido, sino que Porzingis, Okafor, Mudiay y Winslow han iniciado su andadura en el mejor campeonato del mundo con buenas sensaciones y todavía se espera un paso adelante de D'Angello Russell, Stanley Johnson y Mario Hezonja, entre otros. Esta temporada promete cada vez más.
Hablamos, por supuesto, de grandes jugadores, cuando no instituciones o leyendas, del baloncesto: Blake Griffin, John Wall, Tim Duncan, Chris Webber, Shaquille O'Neal, Derrick Coleman y David Robinson. Entre los ocho (incluido Towns) existió un coloso, una máquina casi perfecta que llevaba serigrafiado en la espalda el nombre de O'Neal. El jugador drafteado por los Orlando Magic, franquicia con la que estuvo desde 1992 hasta 1996, comenzó su andadura en la Liga estadounidense con una fuerza inusitada al promediar 29,2 tantos y 19,1 capturas. Una capacidad en la propia zona y en la ajena que fue parte de su ADN durante una carrera que le premió con cuatro anillos de la NBA (tres con los Lakers y uno con los Heat) y 15 participaciones en el All Star.
La capacidad mostrada por Towns da una idea de lo que puede llegar a ser. Además de provocar la pregunta de si el verdadero draft bueno, el esperado y ansiado, que ocuparía el lugar de los actuales gigantes de la NBA, era este y no el del año pasado. Pues no sólo el ala-pívot está impartiendo cátedra en cada partido, sino que Porzingis, Okafor, Mudiay y Winslow han iniciado su andadura en el mejor campeonato del mundo con buenas sensaciones y todavía se espera un paso adelante de D'Angello Russell, Stanley Johnson y Mario Hezonja, entre otros. Esta temporada promete cada vez más.
La selección femenina empieza este mes de noviembre la fase de
clasificación para el Eurobasket de República Checa 2017. Esta es la
primera ventana para la selección española, que está encuadrada en el
Grupo I, junto a Suecia y Finlandia; las dos siguientes se celebrarán en
febrero y noviembre de 2016.
