25 de noviembre de 2015

Tim Duncan: “He cuidado mi cuerpo como un templo”

tim duncan
19 temporadas y 5 anillos le avalan. vive una campaña más en la NBA manteniéndose en la élite y buscando un nuevo campeonato con los a los 39 años, algo que está al alcance de muy pocos y que él ha conseguido a base de anteponer su salud ante todo y, como admite, algo de fortuna.
“¿Honestamente? He tenido suerte. En 18 años no me he perdido más de 16 partidos en una temporada. Mi cuerpo tiene un largo kilometraje y en los últimos años he tenido que adaptar mi juego a la edad, algo que me llevó igualmente a cambiar mi dieta. Soy un profesional y me pagan por jugar“, señala en una entrevista concedida a Yahoo! Sports antes de explicar que los detalles son realmente importantes conforme se cumplen años.
Para aprovechar al máximo tus opciones debes cuidar lo más mínimo, no sólo en el apartado físico. De esta manera previenes lesiones y estás bien incluso pasados los treinta. También hay desgracias que no se pueden controlar. Tuve suerte, es cierto, pero también lo es que he mantenido mi cuerpo como un templo”, sentencia.
Lejos de ver mermada su importancia sobre la pista, el pívot de las Islas Vírgenes nos sorprende con un 53,3% en tiros de campo, es decir, su mejor porcentaje desde la campaña 2006-07, cuando se fue hasta el 54,6%. Por si fuese poco, su aportación en defensa tampoco ha disminuido, siendo capaz de promediar 1,7 tapones en 27,6 minutos por partido.

Charlotte Hornets renueva al técnico Steve Clifford hasta 2019

Steve Clifford tiene la confianza de Charlotte HornetsSteve Clifford goza de la confianza de Michael Jordan. No de otro modo habría sido posible el acuerdo al que ha llegado Charlotte Hornets con su entrenador jefe, cuyo contrato vencía esta temporada. Clifford extiende su acuerdo hasta 2019 como mínimo.
Se trata de una renovación por 3 temporadas cuyo acuerdo económico se desconoce, pero se sabe que está garantizado. Lo que sí publica el diario Charlotte Observer es que el club tendría una opción sobre el contrato del técnico en la temporada 2019-2020.
Charlotte completó una gran pretemporada y está haciendo un notable inicio de campaña, ya que se encuentra emplazado en la séptima posición del Este con 8 victorias y 6 derrotas.

Tercer año en el equipo

Clifford llegó a Charlotte en 2013 tras acumular una amplia experiencia como técnico asistente en la NBA. Y en su primera campaña con el equipo todo fue mejor de lo esperado. De hecho, Charlotte llegó a playoffs, objetivo que no logró el pasado curso.
Hasta la fecha, el técnico acumula 84 victorias y 94 derrotas con la escuadra de Jordan. No es mal balance, aunque todos confían en que este año el equipo firmará mejores números.

Amar’e Stoudemire, baja ante los Pistons

Amare Stoudemire
Dos partidos y 20 minutos en pista. Ese es el pobre balance de Amar’e Stoudemire en lo que va de temporada con Miami . Su exígua aportación no variará por el momento, ya que se perderá, casi con total seguridad, los dos próximos encuentros de la franquicia de Florida.
Según informa Ira Winderman de South Florida Sun Sentinel, el veterano ala-pívot no ha viajado con su equipo, debido a una enfermedad, para enfrentarse a Detroit y New York ; sin embargo, su presencia en este segundo choque aún no está descartada.
Stoudemire, de 33 años, firmó el pasado verano un contrato de un año por 1,5 millones de dólares, sufriendo así la mayor bajada salarial de la NBA al ver reducido su sueldo en 19,7 millones; en la 2014-15 cobró 21,2.

Popovich, contra los árbitros que buscan "fama en Twitter"

Precarga foto ampliadaGregg Popovich está de regreso. Y no lo decimos porque haya estado ausente, si no por sus últimos comentarios (los primeros titulares que el técnico regala a la prensa en este curso que lleva camino de cerrar su primer mes). Lo ha hecho defendiendo al que hasta hace no mucho fuera su mano derecha en los Spurs y hoy en día dirige los designios de los Atlanta Hakws. Recapitulemos, en la madrugada del pasado sábado al domingo durante la visita a Cleveland de su equipo, Mike Budenholzer fue expulsado por "haber empujado" (tal y como reconoció poco después) al árbitro Mike Taylor durante una protesta. El que que fuera designado Mejor Entrenador del pasado curso fue expulsado inmediatamente del partido y multado posteriormente con 25.000 dólares por la NBA.
Una multa que a Lee Seham, el dirigente del sindicato arbitral (NBRA en sus siglas en inglés), le supo a poco al haber solicitado a la Liga un partido de sanción para Budenholzer. "Los árbitros operamos en un ambiente en el que un muy influyente propietario (sí, se refiere a Mark Cuban) ha cuestionado la eficacia de las multas", indicó.
Así que Tom Orsborn (del 'San Antonio Express-News') decidió peguntarle a Popovich por esta polémica. Y su respuesta no tiene desperdicio: "Creo que, más que otra cosa, se trata de un caso de un anónimo dirigente intentando ganar sus 15 minutos de estrellato. Es cómico... Hay mucha gente tratando de ser famosa en Twitter. Supongo que este árbitro en particular es uno de ellos".
Rick Carlisle, head coach de los Mavericks y presidente de la Asociación de Entrenadores de la NBA también ha querido expresar su opinión sobre el asunto a través de un comunicado que recoge la ESPN. "Los entrenadores de la NBA valoramos muy positivamente nuestra relación de trabajo con la oficina de arbitraje y los ásbirtros. Aunque debe constar que nuestra asociación jamás intentaría influir (hacer lobby) en la suspensión de un árbitro en una situación similar a la sucedida en este caso que ya ha sido revisada por la NBA y se ha determinado que se trata de un accidente. [...] Los mejores intereses de nuestra Liga son mucho más fuertes de lo que parece ser un claro, barato y erróneo intento de alcanzar en poco tiempo fama en Twitter", expresó Carlisle. Ya lo ven, los técnicos cargan con Twitter.

El Pau Gasol más agresivo (12-14) asegura el triunfo de Chicago

Precarga foto ampliadaLos Bulls concluyen su mini-gira por el Oeste (aún les queda un compromiso fuera de casa, en Indianápolis, antes de regresar al United Center) con un balance positivo de 2-1 gracias al sufrido triunfo (88-93) que consiguieron llevarse del Moda Center de Portland. Para ello, resultó decisiva la aportación de Pau Gasol (12 puntos y 14 rebotes para sumar su sexto doble-doble del curso). La versión más agresiva del catalán surgió cuando Chicago había dilapidado una renta favorable de 13 puntos en el marcador (65-78) ya entrados en el último cuarto. Con los Blazers amenazando con tomar el mando por primera vez en toda la noche (82-83), el pívot anotó dos tiros libres y convirtió una canasta de clase y garra al poste para dar aire a los suyos. Poco después, se sucedieron los errores en uno y otro bando (Rose, quien regresó tras ser baja la última semana, no anduvo fino) hasta que una gran acción defensiva de Noah cuando McCollum intentaba forzar la prórroga con un triple acabó decidiendo el duelo. Una acción que le evndrá bien al francés para ganar confianza. Pese a seguir sin convencer con su juego, los Bulls se colocan con un balance de 9 triunfos y 4 derrotas.
Victoria final, pero los de Hoiberg tienen que encontrar la manera de cerrar partidos que en mcuhas fases aparentan tener controlados hasta que todo se les tuerce. Como hemos visto, eso mismo es lo que les pasó ante los Blazers. Sin embargo, pueden sacar pecho. Los Bulls no ganaban en la lluviosa ciudad de Oregón desde 2007. Maldición doble la que rompió un Rose que sufrió, en ese mismo escenario, hace dos años su segunda lesión grave de rodilla. Superado ese horrible mal trago, el base sigue peleando con la única intención de volver a ser él que un día fue, el MVP de 2011. Esta madrugada se quedó en 17 puntos y 6 asistencias y un +11 con él sobre el parqué para el equipo. No obstante, asumió un rol protagonista en los últimos minutos que casi le cuesta a su equipo un disgusto. "Pero ganamos. Eso es lo unico que importa. Me he sentido bien, aunque ha habido varias jugadas en las que no entraba en ritmo tanto a la hora de conducir el balón y de tirar (veáse un airball cuando el duelo agonizaba)", comentó uno de los grandes protagonistas de la noche.
El otro, volvió a ser su compañero Jimmy Butler. El escolta anotó 8 de sus 22 tantos totales en el tercer cuarto para aplacar el primer conato serio de rebeldía de los de Terry Stotts. Por su parte, Nikola Mirotic firmó unos buenos números: 15 tantos (con un 3/4 en triples), 8 rebotes y 3m asistencias. Pese a ello, el hispanomontengrino continuó por la línea que viene siguiendo esta temporada: de más a menos. En esta ocasión sí que disputó los minutos finales, aunque en pleno carrusel de tiros libres se fue alternando, junto con Pau, en ataque y en defensa con la dupla Noah-Gibson.

La explosión de Mason Plumlee

Puede que no sea el interior más virtuoso, ni el más plástico. Pero el aterrizaje este verano de Mason Plumlee empieza a dar sus frutos en unos Blazers que, como era de esperar, van perdiendo fuelle a medida que avanza el año. El pívot firmó su tercer doble-doble consecutivo al lograr 11 puntos y 17 capturas. Si bien sus mejores momentos llegaron en los instantes decisivos. No sólo le colocó un tapón a Pau Gasol cuando el español decidió irse para adentro, sino que él solo completó un coast to coast con un sensacional mate que volvía a dar alas a los suyos con apenas un minuto por disputarse. Pero, en esta ocasión, Damian Lillard (19-10-8 pero un 4/22 en tiros de campo) y C.J. McCollum (18) no acertaron cuando llegó el momento de la verdad. Puede que no enamoren (todavía), pero estos Bulls saben sufrir para sacar partidos apretados.

40 puntos de Paul George para hundir a Washington


                                                                                                                              
El típico mantra de “volveré mejor que nunca” cuando un jugador sufre una grave lesión parece estar cumpliéndose a rajatabla en .
Los ganaron en Washington por 106–123 en un encuentro en el que Paul George estuvo desatado al lograr 40 puntos incluyendo 7 triples de 8 intentos y se quedó cerca de él con 32 puntos y 8 triples anotados de 9 lanzad
regresó a la alineación después de tres partidos ausente y logró 14 puntos en 32 minutos.
Por los Wizards el máximo anotador fue Gary Neal con 23 puntos, seguido de con 20 y con 18.
Indiana va 9–2 en sis últimos 11 partidos.

Récord de triples

Los jugadores de los Pacers estuvieron muy certeros desde la línea de tres puntos y encestaron un total de 19 triples de 26 intentos, un 73,1% de efectividad en los lanzamientos de larga distancia.
“¿Cuando estoy así de cerca tuya y sigues metiendo tiros, que más quieres que haga?”, se preguntó irónicamente Beal al término del encuentro en referencia al acierto de sus rivales.
La cifra de 19 triples supone un nuevo récord de la franquicia de Indianapolis.

Atlanta retira la camiseta de Dikembe Mutombo

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Los Atlanta han retirado de manera oficial el dorsal número 55 que lució , uno de los mejores taponadores de la historia de la NBA.
Mutombo aterrizó en la franquicia de Georgia como agente libre en el verano del 96 y allí permaneció hasta el 2001, fecha en la que firmó por Philadelphia 76ers.
“Jamás pensé que retirarían mi camiseta”, dijo Mutombo a The Associated Press. “Mi nombre permanecerá para siempre”, destacó.
Mutombo, que estuvo activo desde 1991 hasta 2009, logró a lo largo de su carrera 4 premios al Mejor Jugador Defensivo; fue 8 veces All-Star; 3 veces elegido para el Mejor Quinteto Defensivo y otras 3 para el Segundo Mejor Quinteto Defensivo. Asimismo lideró la Clasificación de Máximo Taponador en tres ocasiones y fue incluido en el Hall Of Fame del Baloncesto en el pasado 2015.
Sus promedios de carrera son 9,8 puntos, 10,3 rebotes, 1 asistencia y 2,7 tapones en un total de 1196 partidos de temporada regular (997 como titular).

Warriors de leyenda: primer 16-0 en toda la historia NBA

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Oakland. La Bahía. The City. Durante demasiados años sinónimo de industrias en retirada, barrios depauperados y cultura de bandas. Droga y marginación, una suerte de grano que siempre intentaba taparse la perfecta San Francisco. Alguien dijo que en Oakland era mayor el número de jóvenes de raza negra que morían tiroteados que el de los que iban a la universidad. Pero ahora renace una ciudad que presume (the sunny side: el lado más soleado de la Bahía) de que apenas le alcanzan las corrientes de frío que tantas veces destemplan a San Francisco, cuya disparatada burbuja inmobiliaria está enviando a una nueva generación de jóvenes al otro lado de Bay Bridge. Y que presume, por encima de todo, de sus Warriors. Justo cuando la mudanza a San Francisco da lentos pero firmes pasos institucionales.
Porque estos Warriors son uno de los mejores equipos de la historia. Uno que vive en perpetuo estado de gracia y que está redefiniendo las lógicas y las normas de la NBA. De esta era, la suya, quedará un equipo del que hablaremos siempre y quedará una NBA nueva. Por estilo y por referentes. Lo mejor que se puede decir de este equipo es que hay que ver sus partidos. Siempre que se pueda, todas las noches. También cuando quedan un puñado de minutos y todo está sentenciado: hasta el final. Cada minuto cuenta porque este es uno de esos equipos que vivirán siempre en los libros de historia, en las recopilaciones estadísticas y, sobre todo, en un rincón intocable de nuestros recuerdos. El año pasado, en el casi perfecto pasaje hacia su primer anillo en cuarenta años, su lema fue strenght in numbers: la fuerza de los números. Ahora, en este año II, su grandeza ha trascendido. Casi inefable, los números (monstruosos: legendarios) sólo la explican en parte. Hay que verles jugar. Y contagiarse. Verles jugar es, hoy por hoy, una experiencia feliz. Y no sé si existe algo mejor que se pueda decir de un equipo. No debería.

16-0, 33 victorias, 72-10

Los Warriors han sellado, en un partido que fue (111-77) el trámite esperado, el mejor inicio de la historia de cualquier equipo y cualquier temporada: 16-0, detrás ya para siempre los quince triunfos sin fallo de los Rockets en 1993 y Washington Capitols en 1948. Diez de esos triunfos han sido ante equipos que jugaron playoffs y doce contra rivales del Oeste. Ni un pero, ni una nota a pie de página. Sumados los últimos cuatro partidos de la última Regular Season, son veinte consecutivos desde el 7 de abril. En su cubil del Oracle no son derrotados desde que les ganó Chicago el 27 de enero: 26 victorias desde entonces. Y en total, su última derrota oficial se remonta al tercer partido de la Final ante los Cavs, el 9 de junio. El anillo no sació el hambre de los Warriors y conviene acordarse de los que dijo Stephen Curry días después de coronarse campeón: “Es una sensación adictiva, ahora entiendo porque los grandes jugadores de la historia han sacrificado tanto por volver a sentirla”. De los Warriors se pueden decir muchas cosas pero una por encima de todas: quieren más.
El segundo título consecutivo, el inicio de una dinastía, se barajará a partir de abril. Por ahora aparecen a la vista otros dos récords casi intocables que dejarían en aperitivo este ya inolvidable 16-0. Por un lado, las 33 victorias seguidas de los Lakers en la temporada 71-72. En la escalada tendrían que superar también las 27 de Miami Heat hace tres temporadas, las 22 de los Rockets hace ocho… y las 18 seguidas que enlazaron los Bulls de la temporada 1995-96. Los del mítico 72-10. Los de Jordan, Pippen, Rodman y Phil Jackson. La marca que creíamos inalcanzable y que habíamos convertido en los últimos veinte años en una metáfora de la perfección, el baremo de todos los buenos equipos que en todo caso no iban a ser tan buenos. Estos Warriors, pase lo que pase, son seguramente los que más nos han hecho dudar desde entonces. Y echar cuentas. Y mirar el calendario. En sus primeros 16 partidos, aquellos Bulls estaban 14-2. Su diferencia de puntos era de +132 por el +250 de los actuales Warriors. Su media de anotación, 103,3 contra el 114,2 del actual campeón. No hay mucho más que decir. Desde luego, este año sí, hay un debate razonable. Veremos hasta cuándo: los Bulls llegaron a Fin de Año en 25-3. Y ahora los Warriors, otro dato increíble, son favoritos según la probabilística casi científica de ESPN en los 66 partidos que les quedan por jugar excepto en dos: sus dos visitas a San Antonio. La primera, además, el 19 de marzo.

Los Lakers como juguete y como símbolo

Después de ganar a Clippers y Bulls y evitar sorpresas en el habitualmente complicado paso por Denver, el partido del récord sonaba a trámite: los depauperados Lakers (2-12 ya) en el Oracle. Lo fue porque lo tenía que ser. No había forma de imaginar otro escenario ni condimentándolo con toda la historia de milagros épicos y decepciones imposibles de la historia del deporte. Los Warriors iban a ganar este partido y los Lakers lo iban a perder y no iba ni a sobrevolar otro escenario posible. Y así fue. Y desde luego había algo simbólico en que precisamente los Lakers fueran zarandeados por estos Warriors en una noche así. Como un testigo entregado. Sois hoy lo que nosotros fuimos ayer, enhorabuena. El partido en sí duró, y visto con voluntarismo, unos cuatro minutos. A partir de ahí un 8-7 se convirtió, visto y no visto, en un 25-7. Al final del cuarto, 30-11 con diez asistencias (para once canastas totales) de los Warriors por ninguna de los Lakers. Los locales llevaban seis triples, los visitantes cinco canastas. Con Draymond Green como absoluto maestro de ceremonias, la barrida incluía un tiro liberado en cada ataque, un gritito colectivo de admiración desde la grada en cada circulación de balón.
Los Lakers sólo se dieron una capa de maquillaje entre el segundo cuarto y el arranque del tercero, con los Warriors en ritmo de entrenamiento y Curry casi aburrido, con la mente en otra parte. De repente, al base le apeteció jugar y un 58-44 se convirtió en un 97-59 ya en el inicio del último parcial y con la bandera blanca desplegada. Tregua definitiva. En ese tercer cuarto (35-17) Curry anotó 14 de sus 24 puntos y repartió 4 de sus 9 asistencias. Apenas jugó 30 minutos. Como Green, que dio otro de sus ya habituales recitales a menos de tres meses de jugar su primer All Star. 18 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias. Vuelvo a Curry: ha igualado la segunda mejor marca de partidos consecutivos anotando al menos un triple (los 89 de Dana Barros). Al fondo, los 127 de Kyle Korver. Ha metido ya 78, récord absoluto en los primeros 16 partidos de una temporada (lo tenía Baron Davis desde 2003 con… 61). El ya destacadísimo aspirante a repetir MVP, y sin tanto debate ni con Harden ni con nadie, promedia 4,8 triples por noche. Por lo que está en ritmo de acercarse a los 400 en la temporada. La pasada, recuerdo, dejó su propio récord en 286. Es sencillo: todo en estos Warriors da vértigo, así que conviene verles jugar y no pensar demasiado. Sólo verles. Y sonreir.
¿Y los Lakers? Este es día de hablar de los Warriors, no de su telonero. Fueron, con Byron Scott ensayando sus inocuas poses de tipo duro, lo mismo de toda la temporada sólo que esta vez ante un equipo superior a todos los que les han ganado hasta ahora. Sin dureza ni cohesión defensiva, sin continuidad ofensiva. Con, eso sí, buenas sensaciones de Randle y un progresivo pero prometedor crecimiento de Russell, que jugó, entre restos de naufragio, un buen primer tiempo. Ellos son el futuro de la franquicia. Kobe Bryant es ya pasado. Glorioso, inolvidable y eterno. Pero pasado. Esta vez 1/14 en tiros con un 1/7 en triples para 4 puntos. En una temporada en la que no apetece verle jugar, no así, y en la que está tirando peor, por volumen y porcentajes, que cualquier jugador en más de 60 años. Con él se está yendo, se ha ido ya, una época. Y, siempre es así, ha empezado otra: la de los Warriors de Stephen Curry, del primer 16-0 de la historia y de muchas más cosas maravillosas que están por venir. Seguro: hay que verles jugar. Cada noche.

Kobe Bryant desvela sus cuatro mejores amigos en la NBA

Kobe Bryant
Una personalidad gruesa como ninguna, a prueba de temporadas en blanco, compañeros más mediáticos que él, o incapaces al extremo, también siembra amistades en la NBA.
Hoy en día, es una celebridad tan endiosada como temida (por rivales y compañeros) en la liga estadounidense. Pero no por ello uno de los escoltas por definición deja de tener mentes afines con las que congeniar dentro y, sobre todo, en los extrarradios del gran circo baloncestístico.
Recientemente, Bryant reveló quiénes han sido –cuatro– los compañeros con los que más llegó a conectar por la vía emocional, tal como se hizo eco NBC Sports.
“Es muy extraño que yo me abra a alguien tan de esa manera, pero tuve una conexión con él. Él es uno de mis compañeros favoritos“, alegó Kobe en alusión a y la recientemente publicada autobiografía del ahora jugador de los Kings, y ex de los .
“Cuando pasa algo así –prosigue Bryant–, hace que la temporada vaya mejor. No pasa siempre. No es algo que necesite que ocurra, pero hay algunos jugadores con los que automáticamente me llevo muy bien. Caron era uno de esos jugadores. Y no hay muchos de ese tipo. Está Caron, Pau (Gasol), D. Fish () y . Eso son cuatro tipos en veinte años de carrera“, concluyó la leyenda de los Lakers.
Así es que cuatro afortunados son los que, a lo largo de veinte años de baloncesto, se han ganado un trato privilegiado en el olimpo de Kobe Bryant.

Anillos de campeón

De los jugadores que menciona Bryant, con quien más títulos consiguió fue con Fisher (5), seguido de (2). Con Turiaf y Butler, con quien solo coincidió una temporada, no llegó a dominar la NBA.