Casi. Los
Brooklyn Nets, uno de los peores equipos de la competición (1-9) estuvieron a escasos segundos de ganar a los todopoderosos
Golden State Warriors en Oakland, pero apareció la suerte del campeón. Un triple de
Andre Iguodala les daba el empate y los fallos de un genial
Jarrett Jack y
Brook Lopez (éste a menos de medio metro de la canasta) trajeron el tiempo extra. Y en la prórroga uno hubo color:
11-0 para los de la bahía con un Stephen Curry más fallón de lo habitual (34 puntos, 13-31 en los tiros y 5-16 en triples).
No son rival, ¿verdad? Estas cosas pasan más a menudo de lo que parece en la
NBA. Los campeones, invictos esta temporada y maravillando al mundo con un juego rápido y vistoso, recibían en su casa a los
aburridos
Brooklyn Nets, un equipo en el que Jarrett Jack, un exsecundario de los
de Oakland (aunque importante), es capitán general y en el que Brook
Lopez hace de estrella. Pues bien, se confiaron. Y entre eso y que Curry
bajó del cielo (no todos los días son fiesta, aunque seas el MVP),
los Warriors estuvieron a punto de decir adiós a su imbatibilidad. Pero la suerte, el último truco del campeón, les brindó otra oportunidad. En la prórroga todo fue coser y cantar.
Siete puntos abajo y con un Curry a medio gas se llegó al inició del último cuarto. Los locales, que no pudieron contar con
Klay Thompson
(problemas en la espalda, esos que le llevan lastrando toda la
temporada), apretaron los dientes y, con ocho puntos casi seguidos de su
base (parecía entonarse, aunque nunca lo hizo del todo) nivelaron el
marcador. A partir de ahí, y sin olvidar la importancia de
los rebotes ofensivos de Bogut o de
la magnífica dirección de Draymond Green, Nets y Warriors alternaron ventajas de un punto hasta que Curry falló una bandeja y erró un pase (a los
desastrosos
Nets hasta les pitaron los ocho segundos por no pasar de su campo...).
Dos tiros libres de Young (Jarrett Jack hizo 6-6 en los minutos finales)
y tres arriba los visitantes con segundos por jugar. Entonces, cuando
todo el mundo miraba
al mejor tirador de tres puntos de la historia (Curry), llegó
la bomba de Iguodala. Siempre importante, el MVP de las pasadas finales clavó un triple que puso al Oracle Arena en pie.
Empate en el electrónico a cinco segundos del final.
Falló el tiro Jarrett Jack (el mejor de los de Brooklyn, 28 puntos y 9
asistencias) y después, con 0,5 en el reloj, Lopez falló un intento de
alley oop a centímetros de la canasta.
Lo dicho, suerte.
En el tiempo extra no hay rival pequeño y los Warriors tardaron dos
minutos en decidir el choque. Draymond Green redondeó su noche,
consiguiendo el
segundo triple-doble de su carrera (16+10+12,
es importantísimo);
Bogut demostró, en defensa y, sobre todo, en el rebote que cuando está
en forma es un pilar para los de Oakland y Iguodala, que se reía con
Curry en la prórroga ("
La que hemos estado a punto de liar", pensarían), recordó a todos a los que a veces se olvidan lo buen jugador que es. Ah, y
el MVP pasó a su padre en la lista histórica de más triples anotados con menos de la mitad de partidos jugados (1.083 por 427). Próxima rival, los Raptors de Dwane Casey.
11-0: cada día, un paso más cerca de batir otro récord (el 15-0 de los Capitols y los Rockets